¿Qué son las tierras raras?

Las tierras raras son un grupo de 17 elementos químicos que incluyen los 15 lantánidos de la tabla periódica, además del escandio y el itrio. Aunque su nombre sugiere que son poco comunes, en realidad se encuentran relativamente dispersos en la corteza terrestre, pero rara vez en concentraciones lo suficientemente altas como para ser explotadas económicamente. Estos elementos destacan por sus propiedades magnéticas y luminiscentes únicas, lo que los hace esenciales para la industria y la economía moderna. Se dividen en tierras raras ligeras (LREE) y pesadas (HREE)

Utilidad y aplicaciones de las tierras raras

Las tierras raras poseen propiedades que las hacen imprescindibles en numerosos sectores tecnológicos e industriales:

- Propiedades magnéticas: Permiten fabricar imanes potentes y compactos, fundamentales para motores eléctricos y turbinas eólicas.

- Propiedades ópticas: Su capacidad para emitir y absorber luz las hace esenciales en pantallas de televisores, móviles y dispositivos con alta fidelidad de color.

- Propiedades catalíticas y químicas: Son componentes clave en procesos industriales como la refinación de petróleo.

- Alta conductividad térmica y eléctrica: Ideales para dispositivos electrónicos y sistemas de telecomunicaciones

Algunos ejemplos concretos de su uso incluyen:

- Energías renovables: Los motores de turbinas eólicas requieren imanes de neodimio y samario.

- Tecnología: Pantallas LED y LCD utilizan europio y terbio; altavoces compactos y dispositivos móviles dependen de imanes de neodimio.

- Industria aeroespacial y defensa: Samario y gadolinio se emplean en misiles guiados, radares y tecnologías de Rayos X.

- Automoción: La electromovilidad (coches, bicicletas y patinetes eléctricos) necesita tierras raras para la fabricación de motores eléctricos.

En resumen, las tierras raras son imprescindibles para el desarrollo tecnológico del siglo XXI.

Actualidad y situación geopolítica de las tierras raras

El principal reto de las tierras raras es su extracción, ya que no se encuentran en estado puro en la naturaleza, sino integradas en minerales. Para obtenerlas, es necesario extraer y procesar estos minerales, un proceso costoso y complejo que solo resulta rentable en yacimientos muy concentrados, escasos en España y Europa. Además, la cadena de suministro enfrenta desafíos en reciclaje y sostenibilidad, ámbitos en los que centros como ICAMCyL trabajan activamente para mejorar la situación.

Actualmente, China controla el 97% de la producción mundial de tierras raras, aunque solo posee el 30% de las reservas globales. Su dominio se basa en el gigantesco yacimiento de Bayan Obo y en una regulación ambiental menos estricta. Estados Unidos, que lideró la producción durante décadas gracias a la mina de Mountain Pass, perdió protagonismo en los años 90, aunque ha reactivado su producción recientemente. Otros países como Australia, Argentina y Japón buscan diversificar la oferta, pero sin alcanzar el nivel de China.

La demanda de tierras raras ha crecido exponencialmente: la producción mundial pasó de 75,7 kilotoneladas en 1995 a más de 350 kilotoneladas en 2023, multiplicándose por más de cuatro en apenas 30 años.

Tierras raras en Europa

Europa está invirtiendo para reducir su dependencia de las importaciones, apostando por el reciclaje y la búsqueda de nuevos yacimientos. Se estima que en Europa se generan dos millones de toneladas anuales de residuos electrónicos, lo que equivale a más de 16 kilos por persona, y la recuperación de tierras raras de estos residuos es una prioridad.

Tierras raras en Castilla y León

En Castilla y León se han obtenido concentrados de minerales pesados como subproducto de la extracción de áridos en el suroeste de la comunidad. Estos concentrados contenían cantidades más bien testimoniales de monacita, un mineral que contiene todos los elementos de tierras raras en mayor o menor proporción. En los años 70 y 80 del pasado siglo, el Instituto Geológico y Minero de España realizó prospecciones de monacita en sedimentos aluviales en la parte occidental de la región. Posteriormente, ya en este siglo, SIEMCALSA llevó a cabo prospecciones de tierras raras en otros entornos geológicos en las provincias de Zamora y Salamanca. En estas prospecciones se ha constatado localmente la existencia de indicios interesantes de tierras raras en la comunidad, aunque no se han encontrado por el momento concentraciones de interés económico.

Las tierras raras son elementos fundamentales para la innovación tecnológica y la transición energética. Su extracción y suministro presentan desafíos económicos, ambientales y geopolíticos. La creciente demanda global y la concentración de la producción en China han impulsado a Europa y España a buscar alternativas sostenibles, como el reciclaje y la exploración de nuevos yacimientos, para asegurar un suministro estratégico de estos materiales esenciales

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